En ocasiones, es difícil decidirse por un estilo u otro a la hora de decorar una casa o un espacio de trabajo. Las opciones son múltiples, al igual que las posibilidades que ofrece cada una de ellas en lo relativo a artículos de decoración.
La decoración de interiores puede suponer todo un reto. Sin embargo, teniendo claras las características de cada de estilo se vuelve más fácil decidirse por uno u otro. Por ello, a lo largo de este artículo vamos a profundizar en los 7 estilos de decoración de interiores que ahora mismo son tendencia.
Pasamos a repasar los estilos decorativos que actualmente están más de moda y sus características principales:
Este estilo de decoración se caracteriza por una estética funcional y acogedora. Su principal enfoque es la creación de espacios luminosos que aporten sensación de amplitud y comodidad.
Se centra en el uso de materiales naturales, como la madera clara, el lino o el algodón, que generan calidez en el ambiente y siempre utilizando una paleta de colores suaves y neutros que refuercen otra de sus principales características: La iluminación natural, clave para este estilo de decoración.
Fomentar el uso de los espacios es otro de los principales puntos distintivos del estilo nórdico. Por este motivo, se decoran con la intención maximizar la funcionalidad y minimizar el desorden.
En cuanto a los elementos decorativos, en la decoración nórdica se suelen utilizar detalles simples escogidos cuidadosamente y colocados de manera estratégica para aportar un toque de personalidad único. Es decir, cada objeto y su lugar tienen un propósito, lo que genera equilibrio y armonía.
La decoración de interiores de estilo escandinavo es conocida por su simplicidad, funcionalidad y belleza natural. La luminosidad, los materiales naturales y los colores claros y suaves son sus tres pilares básicos.
El blanco, el gris claro o el beige, por ejemplo, son muy utilizados en este estilo de decoración, puesto que ayudan a reflejar la luz natural. Este tipo de colores se usan tanto en paredes y suelos, como en los muebles, que suelen ser de madera natural (preferiblemente de roble, abedul o pino) y con acabados suaves, dejando de lado los ornamentos.
Los textiles, como cojines o mantas, de materiales naturales (lana o algodón, por ejemplo) aportan ese toque de suavidad y calidez que tanto caracteriza a este estilo.
También suelen incluirse elementos como plantas y macetas para aportar frescura al ambiente y piezas decorativas de cristal o velas aromáticas para añadir un toque de elegancia.
Las principales bases en las que se asienta el diseño de interiores minimalista son la simplicidad y la funcionalidad. En este caso, se busca eliminar los elementos innecesarios para crear así espacios abiertos en los que reinen el orden y la sensación de amplitud.
Los principales colores que caracterizan al estilo minimalista son simples y neutros, tales como el negro, el blanco, el gris o el beige.
Los muebles han de seleccionarse teniendo en cuenta dos puntos clave: La calidad y la funcionalidad. Por supuesto, siempre se mantendrá el menor número de muebles posible para evitar la sensación de ambiente recargado y se buscará que los elegidos tengan formas y líneas suaves para que se integren con el resto del espacio.
En cuanto a la iluminación, como en el caso anterior, este estilo también apuesta por la iluminación natural que acceda a la estancia a través de grandes ventanas. En este sentido, las cortinas ligeras y los espejos que reflejen la luz se utilizan a menudo.
Este estilo caracterizó a una época de cambio social y cultural y a día de hoy es utilizado para reflejar la actitud optimista y progresista de aquellos años.
Las formas y patrones geométricos y las líneas curvas, así como el uso de motivos florales y diseños abstractos son la principal seña de identidad de este estilo decorativo. Sin dejar de lado, eso sí, una paleta de colores en tonos brillantes y llamativos, como el amarillo, el naranja, el rosa, el turquesa o el verde lima.
Los principales materiales que caracterizan al estilo decorativo de los años 60 son el plástico, el metal, el cristal o la madera contrachapada.
Su principal punto diferenciador son los elementos de decoración innovadores con estética futurista.
Un estilo de decoración de interiores que nunca pasa de moda. El estilo rústico se inspira en la naturaleza y se caracteriza por el uso de materiales relacionados con ella, como la madera, la piedra o el cuero.
Para mantener un aspecto natural del espacio, se centra en colores de tonos cálidos y terrosos, como el marrón o el verde oliva.
En lo referente a los muebles, se opta por piezas robustas y de diseño simple, generalmente de madera maciza y acabados envejecidos, apostando por la durabilidad a la par que por la autenticidad.
Las plantas son esenciales en este estilo de decoración de interiores, así como los objetos antiguos o las piezas de artesanía, que aportan un gran interés visual a los espacios.
Basado en la estética de los espacios industriales del siglo XX, tales como fábricas o estaciones de tren, este estilo de decoración de interiores se centra en el uso de materiales brutos y sin acabado. Hablamos, por ejemplo, del metal, el hormigón, el ladrillo o la madera en su estado natural.
Se enfoca en la practicidad, la durabilidad y la simplicidad. Por ello, en cuestión de muebles y objetos decorativos, el estilo industrial opta por reutilizar piezas recicladas como cajas de madera o tuberías de hierro.
Su paleta de colores se centra en tonos fríos y neutros, como el gris, el blanco, el marrón o el negro, jugando siempre con el contraste a través de objetos decorativos o textiles de colores más vibrantes (rojo o amarillo, por ejemplo).
En cuanto a los muebles, suelen caracterizarse por líneas simples y acabados sin pulir, pero siempre muy funcionales.
Es un estilo de decoración de interiores centrado en la limpieza de líneas y la simplicidad. Muy enfocado en la tecnología y los materiales modernos e innovadores.
En lo relativo a los colores, el estilo de decoración moderno suele mezclar los más neutros con los más brillantes para crear contraste y generar un ambiente fresco y sofisticado. Además, se utiliza iluminación ambiental y regulable para resaltar la paleta de colores.
Los materiales que predominan son el metal, el vidrio, el plástico o el acrílico, tanto para los muebles como para los accesorios decorativos. Estos últimos, suelen ser de diseño minimalista y geométrico.
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